Por Mabel González Alfonso
LA HABANA. (MDH)- Las manipulaciones
por parte del departamento 21 de la seguridad del estado cubana continúan afectando
sicológica y físicamente al prisionero político Raúl Rodríguez Soto Presidente
del Movimiento de Derechos Humanos 10 de diciembre y quien extingue una larga e
injusta condena en el Combinado del Este en deplorable estado de salud.
En días reciente me personé ante
el departamento 21 indagando por la situación de mi esposo el cual continúa en
muy delicado estado de salud en espera el cumplimiento de la medida extrapenal
que según fuentes de esa entidad represiva se me había informado que estaba en
manos del fiscal para ser firmada.
Además me dirigí nuevamente por
novena vez al departamento de cárceles y prisiones en 15 y k Vedado Habana a
interesarme por la demora de la mencionada medida, la cual en todas estas localidades se me había asegurado se
encontraba en trámites.
De forma despectiva se me afirmó
que ellos no tenían información sobre el caso, si estaba resuelto o no, a penas
de habérseme asegurado por parte del oficial de atención de mi esposo Rodríguez
Soto del departamento 21 en la prisión Combinado del Este que en este mes se le
otorgaría tal medida teniéndose en cuenta la situación de salud en que se
encuentra el prisionero, además de hallarse en tiempo para la misma.
Mientras la medida extrapenal de Raúl
Rodríguez Soto permanece retenida en el olvido y la manipulación del aparato
represivo, se le están otorgando estos derechos a múltiples prisioneros con
menos índice de enfermedades en lo que va de mes, y causas mucho mas severas.
Lo que indique que ya esto se ha
convertido en un caso abusivo en contra de la supuesta ley que rige este tipo
de licencias, pues por más de cinco ocasiones Raúl se ha encontrado en grave
estado de salud físico y mental, incluso continua con cifras elevadas de glicemia,
dermatitis de contacto con llagas profundas en toda la piel, piorrea, mala absorción
de los alimentos, ulcera gástrica, gastrodeudenitis crónica con crisis a repetición,
entre otras enfermedades crónicas agudizadas en cautiverio, así como la peor de
todas , que es la de encontrarse impedido de sus miembros inferiores por dos
hernias discales en la región lumbar que lo han confinado por años a una silla
de ruedas.
Por lo que suplico, pido, imploro
a la opinión internacional de derechos humanos, y a toda institución no
gubernamental amante de la justicia que abogue por mi esposo el prisionero Rodríguez
Soto, el cual muere lentamente en las mazmorras del Combinado del Este,
manipulado y engañado miserablemente por los órganos represivos de la seguridad
del estado y del penal, los cuales no dejan de asegurarle que su extrapenal está
por llegar, y la realidad objetiva demuestra lo contrario.
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