Por
Movimiento de DH 10 de diciembre.
En el
Hospital de la penitenciaría Combinado del Este se alquila la cama a quien pague
por ella.
LA HABANA.
(MDH10D)- Hay un refrán muy viejo y verdadero que dice, Preguntando se llega a
Roma, por lo que un comunicador social no puede desfallecer ante un por qué, al
que no le encuentra pie ni cabeza, y no me refiero a otra cosa que ha lo que
viene sucediendo con la permisión del ingreso del prisionero Raúl Rodríguez
Soto, quien necesita del medicamento llamado Insulina para bajar sus niveles de
glicemia en sangre, y se niegan a hospitalizarlo conociéndose que sin el mismo
su vida peligra.
La corrupción
y la deshumanización que pulula en las cárceles, sabemos que siempre ha sido el
plato fuerte en estos recintos, pero que miembros de la salud, funcionarios
designados a salvar vidas, vivan de los prisioneros ya eso es una desmoralización
que quien la omita no tiene ni el mas mínimo sentido de la decencia y la
dignidad.
Enfatizan
las fuentes que las causas verdaderas por la que el prisionero Raúl Rodríguez
Soto no ha sido hospitalizado a pesar de su condición de diabético descompensado,
entre un buen cumulo de enfermedades agudizadas en cautiverio, en estos momentos, y carente de todo tipo de
medicamentos, autorizados solamente a ser utilizado bajo ingreso, no responde a
otra cosa que el mismo carece de moneda dura para pagar la cama.
Afirman, qué conocieron
además por fuentes fidedignas dentro del penal que la cama en sala está a 10.00
CUC, en terapia intensiva a 20.00 CUC. Y por adelantado. Por supuesto esto por debajo de la mesa como dice el refrán.
Por lo que
muchos reclusos que poseen este tipo de moneda, y entran en la corrupcion, aunque no esten enfermos, para salir por un tiempo de las
mazmorras incondicionadas para los seres humanos, prefieren pagar esa cantidad
que para un prisionero cubano es una cifra súper alta, con el objetivo de
pasarse 15 días comiendo mejor, y durmiendo sobre un colchón.
Mientras los
verdaderamente enfermos, y sin divisas convertibles, tienen que morir en los calabozos
sin la atención requerida.
Apuntan las
fuentes que esta situación corruptiva no es de conocimiento de los jefes del penal, sino solamente en complicidad con algunos conduces, médicos,
y personal de la salud, que prefieren sobrevivir deshumanizados, que socorrer
al recluso verdaderamente enfermo si no tiene con qué pagar la cama del
hospital.
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