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'LOS IMPERIOS FUNDADOS POR LA TIRANIA Y SOSTENIDOS POR LA FUERZA Y EL TERROR, DEBEN CAER CON EL ESTREPITO DE LOS CATACLISMOS GEOLOGICOS'...

LAS CARCELES NO CALLARAN LA INJUSTICIA NI SUS CRIMENES, Y SI FUERA NECESARIO SE ALZARAN LOS MUERTOS PARA JUNTO A LOS VIVOS DEFENDER LA PATRIA DE LAS GARRAS DEL TIRANO...

TRADUCTOR

DECLARACIONES DEL PRISIONERO RAUL RODRIGUEZ SOTO REALIZADA POR LA PI DANIA V GARCIA

DECLARACIONES DE MABEL GONZALEZ POR DANIA V GARCIA

DECLARACIONES DE MABEL GONZALEZ ALFONSO POR DANIA V GARCIA

DECLARACIONES DE MABEL GONZALEZ ALFONSO POR DANIA V GARCIA

lunes, 13 de julio de 2015

El hundimiento del 13 de Marzo no fue un accidente

Los 72 cubanos que abordaron el remolcador 13 de Marzo, el 13 de julio de 1994, lo hicieron con el propósito de dejar atrás el escenario desolador existente en su país, cuando tras la caída del Muro de Berlín en 1989, el régimen se empecinó en no abrirse a la economía de mercado

A 21 AÑOS DE UNA MASACRE
El hundimiento del 13 de Marzo no fue un accidente
 
Así son recordadas las víctimas del escalofriante crimen. (CORTESÍA)

MIAMI.- ILIANA LAVASTIDA RODRÍGUEZ Ilavastida@diariolasamericas.com @IlianaLavastida

“Elementos antisociales”, así llamó el régimen de La Habana a los 37 cubanos que quedaron sepultados en el mar en 13 de julio de 1994, a sólo siete millas del litoral, cuando la embarcación en la que intentaban escapar del país fue embestida con potentes chorros de agua disparados por los cañones de dos remolcadores de acero, que el Gobierno dispuso para una operación en la que había que impedir a toda costa la huida, aunque a cambio hubiera que matar.

Entre cinco meses de nacido y 52 años oscilaban las edades de las víctimas que a 21 años del homicidio múltiple no han sido reivindicadas por la justicia, a pesar de que un dictamen emitido por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos define lo que ocurrió: “Las pruebas demuestran claramente que el hundimiento del barco 13 de Marzo no fue un accidente, sino un hecho premeditado e intencional”.

Por la impunidad en la que permanecen los autores intelectuales y materiales del hecho, y porque la memoria de los fallecidos no le permite deponer la voluntad de que se haga justicia, es que Jorge A. García, que perdió a 14 de sus familiares ese fatídico día, insiste cada aniversario de la tragedia en repetir la verdad de lo ocurrido.


“A 21 años de distancia voy caminando por una especie de cuerda floja con el peso del recuerdo de mis 37 muertos, asesinados durante la masacre del remolcador 13 de Marzo. Y camino como ‘pisando huevitos’ para evitar un resbalón que me haga caer en el abismo de las tendencias, respecto a la apertura de relaciones entre Estados Unidos y la tiranía feroz de los Castro. Y prefiero seguir andando por este trecho peligroso hasta encontrar la fórmula mágica que devuelva la libertad para Cuba y reivindique a mis muertos”.

El nuevo contexto

Tal y como dejó escrito García, en este nuevo espacio que se abre por el acercamiento entre Washington y La Habana, los cubanos que hasta hoy encontraban respaldo en las leyes de Estados Unidos para sortear los efectos de las arbitrariedades de la dictadura, de repente quedan en medio de un limbo, porque si bien el estatus del régimen dictatorial no ha cambiado, la autocracia militar, que mantiene secuestrado el poder en el país por casi 60 años, comienza sin embargo a ser tratada como un Gobierno que respeta el estado de derecho, nada más y nada menos que por el país que simboliza el respeto a los derechos y las libertades en el mundo.

Los 72 cubanos que abordaron el remolcador 13 de Marzo, el 13 de julio de 1994, lo hicieron con el propósito de dejar atrás el escenario desolador existente en su país, cuando tras la caída del Muro de Berlín en 1989, el régimen se empecinó en no abrirse a la economía de mercado y la población subsistía como en decreto de guerra.

La embarcación que abordaron no estaba en estado defectuoso ni fue tomada a la fuerza como dijeron las versiones de la prensa oficialista cubana. Fidencio Ramel -cuñado de Jorge García- en aquel momento era el jefe de operaciones del Puerto de La Habana y tenía a su cargo el remolcador 13 de Marzo. Él fue una de las víctimas.


La embarcación sí era de madera, pero estaba en perfecto estado. Desde luego no resistió la arremetida de los potentes chorros de agua con los que comenzaron a dispararle desde que estaba en la bahía frente a la imagen del Cristo de la Habana. Contra los cristales y las personas a bordo, lanzaron disparos de 2.500 kilogramos de fuerza por pulgadas con la intención premeditada de hundirlos.

María Victoria, la hija de García, a quien el mar y el forcejeo de otros tripulantes por sobrevivir le arrancaron a su hijo de 10 años de los brazos, ha descrito en testimonios ofrecidos previamente que mientras ellos imploraban que no les hicieran daño y les enseñaban con los brazos en alto a los niños, los hombres que habían recibido la orden de matar no se detuvieron.

Uno de los remolcadores de acero dispuestos por el Gobierno cubano para la operación, tras tomar impulso, envistió por detrás al 13 de Marzo, provocando que se quebrara y se hundiera de inmediato.

“Los otros barcos presentes, en lugar de auxiliar a quienes flotaban en el mar, comenzaron a dar giros alrededor de ellos para crear un remolino que se los tragara”, narró García al periodista Luis Leonel León, en entrevista con DIARIO LAS AMÉRICAS, cuando se cumplieron 20 años de la fecha.

Por eso cada año y a pesar de que la versión tergiversada del Gobierno cubano ha propiciado que muchos permanezcan con una idea confusa del suceso, García vuelve sobre la tristeza de sus recuerdos y retoma con fuerzas los detalles que sacan a la luz la verdad de esta masacre.
En una carta fechada el 14 de julio de 1994, por intermedio del cardenal Angelo Sodano, secretario de Estado de su Santidad, Juan Pablo II, García recibió una nota de condolencia en la que el Sumo Pontífice se declaraba “profundamente apenado al conocer la dolorosa noticia y lamentable muerte de personas en las cercanías del Puerto de esa capital”.


Al cumplirse el aniversario 21 del hundimiento del 13 de Marzo, mediante una carta “que sabemos ya está en poder del papa Francisco”, el Movimiento Democracia, con sede en Miami, intentará llamar la atención del Jefe de le Iglesia Católica para que, al igual que ha tenido un importante desempeño en el deshielo entre los gobiernos de Washington y La Habana, “se interese por la tragedia de la familia cubana”, dijo Ramón Saúl Sánchez, que preside la organización, en declaraciones a DIARIO LAS AMÉRICAS.

La familia cubana ha estado expuesta a la división durante los últimos 56 años, no sólo porque en muchos casos se ha visto forzada a la emigración y el exilio, sino también por actos criminales como el hundimiento del 13 de Marzo.

El acto conmemorativo que recuerda el triste suceso tendrá lugar este lunes 13 de julio en la fuente principal de la Universidad Internacional de la Florida, a las 12 del mediodía. A la organización del evento se han unido Free Cuban Foundation y el Movimiento Democracia.

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