Por Ernesto Aquino
Hablemos Press
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Celdas tapiadas en el Técnico de Instrucción Policial 100 y Aldabo. Foto: Roberto J. Guerra. |
La Habana, Cuba. Una de las características que define la incapacidad
del socialismo para crear bienestar es la falta de funcionalidad de las
instituciones, que bajo los gobiernos de partido único se convierten en
figuras sociales casi simbólicas; el ciudadano pasa a ser propiedad del
Estado, condición que limita sus libertades y anula el respeto a los más
elementales derechos naturales.
En Cuba, como en todos los países gobernados por el comunismo, la justicia es un rehén de la ideología.
Recientemente, el sitio digital Cubadebate, publicó un reportaje
sobre la “Dulce Vida” en las prisiones cubanas; y aunque la mentira, por
lo superlativo del fraude no logra engañar, por lo menos demuestra que
la tiranía no ha perdido su sentido del humor; y sobre todo, su
lamentable costumbre de acusar al resto del mundo de sus propios
delitos.
Un gobierno, que no respeta el derecho a la libertad de expresión, ni
es capaz de garantizar la higiene elemental de la ciudad, de las
escuelas y los hospitales que ofrecen servicio al ciudadano común; un
gobierno que en más de 50 años en el poder, no ha podido garantizar al
trabajador cubano un salario digno o una vivienda decorosa, no puede
convencer a ninguna persona, medianamente inteligente, de que las
prisiones en Cuba son lujosas y confortables casas de descanso.
Según Cubadebate, mientras el sistema e instalaciones
penitenciarias en Cuba exhiben un modelo de cuentos de Hadas, “el resto
de los países latinoamericanos, además de tener altos porcentajes de
personas presas sin condena, también enfrentan fenómenos como el
hacinamiento, violencia contra las mujeres, corrupción, despojos de
derechos básicos a los reclusos, condiciones de vida insalubres y otros,
que convierten las cárceles en pantanos humanos, en lugar de centros de
rehabilitación”.
¿A qué cárceles se refiere Cubadebate? porque la cita describe, con
absoluta fidelidad, el estado actual de cárceles como el Combinado del
Este, en La Habana; Kilo 7, Kilo 8, y Kilo 9, en Camagüey; Nieves
Morejón, en Sancti Espíritu; Ariza, en Cienfuegos; Taco Taco y 5 y
medio, en Pinar del Río, y Las Mangas, Prisión Provincial de Granma,
ubicada en el municipio Bayamo, por sólo citar algunas de las más de 250
prisiones diseminadas en todo el país -cifra que evidencia el
crecimiento de la actividad delictiva en la Isla, y la incapacidad del
gobierno para crear las condiciones sociales y morales necesarias para
reducir el delito.
Pero volvamos al párrafo donde Cubadebate delira (con la típica
ceguera del cómplice, el indiferente y el inescrupuloso), acerca de las
condiciones carcelarias en Latinoamérica.
Según este sitio -tan deshonrado como las causas que defiende-, los
países latinoamericanos tienen “altos porcentajes de personas presas sin
condena” y enfrentan -entre otros fenómenos-, “violencia contra las
mujeres, corrupción, despojos de derechos básicos a los reclusos y
condiciones de vida insalubre”.
Veamos, algunos ejemplos de cómo se cumplen dentro del sistema
penitenciario cubano estos “altos porcentajes de personas presas sin
juicio”.
Francisco Chapotín Barco, de 65 años de edad, lleva un 1 año y tres
meses encarcelado SIN JUICIO; el periodista independiente Calixto Ramón
Martínez Arias (recientemente liberado), permaneció 7 meses encarcelado
SIN JUICIO; la Dama de Blanco Sonia Garro Alfonso, lleva 1 año y 1 mes
encarcelada SIN JUICIO; Alejandro Ramón Muñoz González (Cocorio), lleva 1
año y 1 mes encarcelado SIN JUICIO; Madelín Lázara Caraballo
Betancourt, permanece desde hace 6 meses encarcelada SIN JUICIO;
Marcelino Abreu Bonora, lleva 9 meses encarcelado SIN JUICIO; Niorvis
Rivera Guerra, lleva 1 año y un mes encarcelado SIN JUICIO; la lista, es
extensa; y a esa lista se suman 46 trabajadores de la Zona Franca, que
en estos momentos permanecen desde hace más de 1 año encarcelados SIN
JUICIO, en el Técnico de Instrucción del Ministerio del Interior,
conocido por 100 y Aldabó, debido a su ubicación.
Con relación a la “violencia contra las mujeres”, los testimonios
gráficos en fotos y videos, sobreabundan. Semana tras semana, decenas de
mujeres, miembros del movimiento Damas de Blanco Laura Pollán, en toda
la isla, son agredidas de palabra y acción por pandillas paramilitares
entrenadas, dirigidas y apoyadas por la Seguridad del Estado.
Del mismo modo, activistas de otras organizaciones femeninas -sin
distinción de edad y estado de salud- sufren los mismos tratos crueles y
degradantes.
En cuanto a la “corrupción”, “despojos de derechos básicos” y
“condiciones de vida insalubres” -otros de los grandes males que según
Cubadebate existen en las cárceles latinoamericanas-, desde hace más de
medio siglo toda Cuba vive bajo el azote de esos infortunios, mientras
Fidel y Raúl Castro continúan atropellando los procesos democráticos
latinoamericanos, con su injerencismo depredador y su propósito de
convertir a los pueblos de América en rebaños sometidos a obediencia
incondicional.
Todo cuanto se diga sobre las condiciones de las cárceles en Cuba, no
se puede Legitimar mientras se ignore la participación de observadores
imparciales y el testimonio de cientos de reclusos, que a través de sus
denuncias revelan los abusos, torturas y otras violaciones de los
derechos humanos llevados a cabo constantemente en las prisiones
cubanas.
Yo desafío al gobierno del General Raúl Castro a que permita la
inspección de Organizaciones Internacionales de Derechos Humanos al
interior de las cárceles cubanas, sin restricción y con la participación
de una comisión integrada por miembros de la sociedad civil
independiente cubana: Periodistas, Intelectuales, Activistas pacíficos
de Derechos Humanos y Movimientos Políticos opositores.