
LA
 HABANA. (CN) – El preso Kendry Negret Fonseca, internado en la cárcel 
de Guanajay, provincia Artemisa, tuvo que ser operado de urgencia de una
 úlcera perforada porque las autoridades carcelarias no prestaron 
atención a las quejas del reo.
Negret
 Fonseca sufrió un fuerte dolor de abdomen y acudió al jefe de grupo, 
conocido como “Jairo”, el cual le dijo que tenía que esperar. Ante la 
insistencia del preso, Negret Fonseca fue llevado a la enfermería, donde
 se le ofreció un medicamento para aliviarle el dolor y fue trasladado 
de nuevo a su destacamento.
Sin
 embargo, el estado de Negret Fonseca empeoró y comenzó a vomitar 
sangre, y los presos comenzaron a protestar. Nuevamente “Jairo” condujo 
al reo a la enfermería, donde esta vez le suministraron dos inyecciones 
que no lograron contener los vómitos con sangre.
A
 las 11:30 de la noche, y ante las enérgicas protestas de los presos, se
 presenta el oficial de guardia de apellido Guilló y lo envía al 
hospital de Artemisa, donde Negret Fonseca es operado de urgencia por 
una úlcera perforada.
Después
 de la operación fue trasladado al Hospital Nacional de Reclusos y días 
después a la enfermería de Guanajay, donde permaneció hasta que fue 
devuelto a su celda.
El
 cirujano que operó a Negret Fonseca le orientó una dieta médica y le 
dio cita para un mes después. Pero hasta la fecha el preso no ha 
recibido la dieta, ni la doctora de la cárcel lo ha remitido al 
cirujano, a pesar de presentar un abultamiento en la herida, que se teme
 sea una hernia.
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