El jueves día 20 de enero, Guido Sigler Amaya fue molestado en sus horas de sueño, a las 12 de la madrugada, por un oficial de la Seguridad del Estado nombrado Orlando Figueroa; este represor, quien atiende a los presos políticos, es muy conocido en todas las prisiones de la provincia de Matanzas.
Figueroa se personó en el cubículo donde dormía el Prisionero de Conciencia, le esposó sus dos manos y lo condujo a una oficina, donde supuestamente debía esperar a un alto oficial de la Policía Política de la tiranía Castrista para un interrogatorio; el supuesto oficial nunca apareció.
Toda la conversacion se realizó solamente entre Sigler y Figueroa.
Por más de dos horas, el oficial Castrista trató en un tono amenazante y en un fracasado intento de chantaje de que Guido aceptara abandonar Cuba vía a España o cumplir en prisión los 20 años de sanción penitenciaria; también trató de desanimarlo diciéndole que su familia que se encontraba en los EEUU. lo había abandonado y olvidado, y que eso era considerado una traición.
Guido se dió cuenta de las malas intenciones del represor y comenzó una fuerte discusión, enfrentándose a todas las provocaciones, amenazas y chantajes, por lo que le provocó una subida de la presión arterial y fuertes dolores de cabeza; pasada las dos de la madrugada, el represor , al verse fracasado contra la dignidad y el coraje de Sigler Amaya, lo regresó a su cubículo.
Estas torturas psicológicas, consistentes en amenazas y chantajes, es aplicada con frecuencia a todos los prisioneros políticos y de conciencia cubanos que consumen sus vidas en las ergástulas Castristas.
Toda la familia de Guido Sigler Amaya, tanto dentro como fuera de Cuba, tomarán, si fuera necesario, decisiones definitivas después de la próxima visita familiar a Guido Sigler Amaya, programada para el mes de febrero, si no ponen en libertad al mencionado prisionero y a todos los presos políticos y de conciencia.
Guido Sigler Amaya, natural de Pedro Betancourt. Matanzas, Prisionero de Conciencia del grupo de los 75 de la Primavera Negra del 2003, es uno de los 11 prisioneros que se niegan a ser desterrados para ningún país. Sigler Amaya se encuentra en la prisión de Agüica en Matanzas, sancionado a 20 años de prisión.
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