El  profesor de Física, Luis Grave de Peralta Morell, vive en libertad en  Estados Unidos y se siente feliz aunque sus años de cárcel en Cuba  destrozaron su hígado "Es un precio alto, pero la libertad no es gratis".
MIAMI.  (RM)- El gobierno de Fidel Castro arrestó a tres físicos y un  especialista en computación que trabajaban en la Academia de Ciencias de  Santiago de Cuba en los años 90 y los condenó a largas penas de cárcel  bajo cargos de rebelión, aunque el Acta de Sentencia dice claramente que  jamás se inclinaron a la violencia y ninguno tenía antecedentes  penales.
Es más. Los magistrados precisaron que los cuatro habían descartado la violencia como medio de fomentar cambios en la isla.
El  líder del pacífico cuarteto de intelectuales era Luis Ernesto Grave de  Peralta Morell. Salió en libertad en 1996 gracias a Amnistía  Internacional, la Academia de Ciencias de Estados Unidos y el gobierno  de Bill Clinton, entre otros.
Ahora  vive en Texas, es profesor y está feliz, aunque sus años en la cárcel  afectaron su salud y el pasado verano le practicaron un transplante de  hígado, condición que podría ser culpa del régimen comunista de Fidel  Castro.
El profesor Luis Grave de Peralta Morell.El profesor Luis Grave de Peralta Morell.
"Es un  precio alto, pero la libertad no es gratis", aseveró Luis en entrevista  con Martí Noticias, al contemplar su vida y circunstancias. Cuando  estaba en la cárcel, lo obligaban a afeitarse con la única cuchilla rusa  que usaba la población penal. La limpiaban con agua y la compartían.  Eran obligados a afeitarse, particularmente cuando llegaban visitas.
Por dos  años, no tenía permiso para poseer una cuchilla de afeitar personal.  Finalmente le permitieron una propia y moderna, pero fue demasiado  tarde. El resultado, explica Luis, fue Hepatitis B, una enfermedad  peligrosa que suele provocar cáncer de hígado, como ocurrió en su caso.
Ante  esa situación, Luis recibió tratamiento y se anotó en la lista de  transplantes, y un día lo llamaron en la ciudad de Lubbock, en el norte  de Texas, donde enseña física en Texas Tech University.
Seis  horas después estaba en un hospital de Dallas y cuando despertó  estrenaba hígado nuevo. La transición fue buena, Luis se siente bien en  términos generales, pero tiene algunos dolores bastante graves.
No  obstante, recibe tratamiento, piensa que el dolor se irá. El es  optimista y conoce casos de personas que han vivido una o dos décadas  con hígado ajeno. Eso le provoca alegría. Se acuerda de lo que vivió y  sufrió y acusa al gobierno comunista de los Castro de haberle provocado  sus problemas de salud.
Pero  está libre, con su familia, y eso lo hace feliz. "Es una cosa que uno  aprende cuando sale de Cuba. La libertad se conquista cada día. Ese fue  el precio. Fue un buen precio. La libertad vale la vida".
Luis y  sus colegas, Robier Rodríguez Leyva, Arquímidez Ruiz Columbié y Carlos  César Orúe Caballero, eran pacíficos intelectuales. Con la excepción de  Carlos, eran físicos. Luis trabajaba en Sismología. Los otros en el  departamento de Lluvia Provocada.
Amnistía  Internacional dice que los cuatro eran prisioneros de conciencia que  estaban en la cárcel por ejercer sus derechos de Expresión y Asociación.  Se reunían en Santiago de Cuba para hablar sobre la situación en el  país, y Luis escribió un libro que analizaba los discursos de Fidel.
Fueron  arrestados el 22 de febrero de 1992 y acusados de rebelión, porque  querían una Cuba diferente, independiente, "sin recurrir a la  violencia", dijeron los magistrados que firmaron las largas condenas.
Luis  fue trasladado a la unidad de la Seguridad del Estado en Santiago de  Cuba. Un lugar que le dicen Versailles. Después fue llevado a la cárcel  de Boniato, en Santiago de Cuba, y luego a Kilo 8, en Camaguey. Es una  cárcel dura, le dicen
"Se me  perdió la llave". Ahí vio mucha violencia, particularmente contra los  cubanos de la raza negra. Más tarde regresó a Boniato.
En  ambas cárceles, Luis fue respetado por los otros reclusos, comunes y  políticos, y realizó huelgas de hambre y protestas para defender los  derechos de todos. Sus compañeros de la Academia de Ciencias de Santiago  de Cuba sufrieron un destino similar.
La Sala  de Delitos Contra la Seguridad del Estado, en el Tribunal Provincial  Popular de Santiago de Cuba, se ocupó del caso. Los jueces fueron Maglys  Vaquero Castillo, Sonia Romaridy Madruga, María Milanés Torres, Elpidio  Portuondo Luma y Dominador Alonso Toriño. Era el 15 de junio de 1992.  La causa 29 de 1992.
El Acta  de Sentencia dice que Luis tenía 34 años de edad. Era investigador de  la Academia de Ciencias. Robier tenía 25. Era meteorólogo. Arquímidez  tenía 39. Era jefe del Departamento de Influencia Activa de la Academia  de Ciencias. Carlos tenía 26. Era auxiliar de Investigación  Meteorológica.
Fueron  acusados de "intentar reemplazar de forma ilegal el régimen erigido en  Cuba, y de concebir la idea de instituir un grupo que denominaron Nueva  Generación Revolucionaria".
Los  jueces dicen que a iniciativas de Luis, se acordó "que cada uno debía  buscar personas interesadas en compartir sus criterios y acciones, las  que debían estar vinculadas a diversas ramas de la vida social en aras  de lograr amplitud de opiniones y valoraciones sobre la forma de llevar a  efecto una labor, basada en dos objetivos fundamentales".
"Uno  táctico que define con la siguiente frase: ABAJO LA TIRANIA, ABAJO EL  TIRANO, ABAJO FIDEL, y otro estratégico: ver a Cuba independiente, con  una floreciente economía de mercado, un sano y democrático sistema  político sustentado en el pluripartidismo y donde exista un Estado de  Derecho que garantice el respeto de todas las leyes y el ejercicio por  todos de los derechos universalmente reconocidos", agrega el Acta de  Sentencia.
"Las  reuniones tenían lugar en el domicilio de Luis, sito en calle 9, 255,  entre 10 y 12, Reparto Vista Alegre, municipio y provincia de Santiago  de Cuba, donde valoraban la situación económica, política, social  existente en nuestro país y las formas de alcanzar sus objetivos, para  lo cual se elaboraban diferentes documentos que se discutían y aprobaban  en el colectivo", precisa el documento jurídico.
"Se  expone su odio a la Revolución y a nuestro Comandante en Jefe Fidel  Castro Ruz, que califica de tirano omnipotente, llamándose a luchar por  la independencia de Cuba, sin recurrir a la violencia puesto que en su  criterio la violencia contrarrevolucionaria genera irremediablemente  violencia revolucionaria", dice el texto.
El  plan, señalan los jueces, era utilizar la propaganda escrita para llegar  "al mayor número de personas, a través de varias métodos con empleo de  sus conocimientos físicos, lo que le permitiría no ser descubierto, así  como el reproducir sus proclamas y llamamientos y su inserción en las  computadoras así como la creación de un virus para introducir en las  computadoras del Centro de Cálculo de la Academia de Ciencias, donde  laboraban".
Los  jueces destacaron que todos tenían una conducta social normal, sin que  le consten antecedentes delictivos. Pero concluyeron que habían cometido  el delito de rebelión, previsto y sancionado en el artículo 99 del  Códgio Penal, pues ejecutaron actos tendentes a cambiar el régimen  económico, político y social del Estado Socialista.
El Acta  de Sentencia, antes de precisar el fallo, recurre a la política, e  indica que millones de cubanos han elegido como única opción: "La  Patria, la Revolución y el Socialismo y la inmensa mayoría de los  trabajadores, en distintas ramas de la ciencia, la economía y los  servicios realizan ingentes esfuerzos, dedicando su tiempo e  inteligencia a resolver los problemas del país desde una posición  innegablemente revolucionaria.
Se  evidencia en cada uno de los inculpados rasgos egoístas,  individualistas, destacándose aun más en Grave de Peralta Morell y  Arquímedes Ruiz Columbié un gran espíritu de autosuficiencia y  prepotencia, pues con su actuar querían hacer ver que son personas con  una inteligencia tal que pueden abordar los temas más variados de  política, filosofía, historia y economía, quedándose inmerso en su  propia ignorancia científica del mundo circundante y en su propio  intento de subvertir el orden social establecido en nuestro país".
El  fallo: "TRECE AÑOS de privación de libertad para Grave de Peralta  Morell, DIEZ AÑOS de privación de libertad para Arquímedes y Robier y  SIETE AÑOS de privación de libertad para Orúe Caballero".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario