Por Gloria I Pérez (Corresponsal de cubademocraciayvida.org)
Bajo el titulo “Culpan a carceleros de la muerte de un preso político en Las Tunas” circuló por Radio Martí esta nota de prensa, enviada desde la provincia de Holguin-Cuba por la defensora de los derechos humanos Caridad Caballero Batista, quien dio además su testimonio del hecho.
Según la información se afirmó que Harol Brito Parra, prisionero político de 39 años, había fallecido el día 12 de febrero, poco después de haber sido trasladado desde la prisión hasta el hospital Ernesto Guevara de ciudad de las Tunas.
Rosa Parra Ronda, madre del preso político denunció que las autoridades cubanas habían dejado morir a su hijo, Harold , por no prestarle atención médica en la cárcel provincial de Las Tunas, aun conociendo que éste sufría de una triste enfermedad de tuberculosis entre otras.
La señora madre del fallecido aseguró que desde hacia meses su hijo estaba contagiado con el bacilo de la tuberculosis, pero a nadie le intereso su caso, fue lanzado al olvido como todos los demás prisioneros cubanos,
Añade que a principios del mes de enero fue a la delegación del Ministerio del Interior en Las Tunas a suplicar que su hijo fuera llevado a un hospital, y lo mismo hizo con las autoridades en la prisión sin resultado alguno.
Es imposible creer que diariamente existan hombres expuestos a la muerte por enfermedades que en Cuba se han dado por exterminadas. Pero todo es una realidad que nos golpea fuertemente, porque el sistema de salud cubano se ha convertido en la tumba de los hombres que por desgracia o ideales caen en sus mazmorras, inhóspitas, y degradantes.
No hay que ser científico, para saber que la tuberculosis es la principal causa de muerte de los países pobres, pero fue descubierta en l882, considerándose un problema de la salud pública de cualquier país donde se desarrolle el bacilo de Koch.
Desde esa fecha existen medios farmacéuticos, alimenticios y ambientales que han funcionado contra este mal, lo que indica que si Harold, hubiese sido atendido a tiempo hoy no tuviéramos que lamentar su muerte con apenas 39 años. Pero el sistema penal cubano, carece de humanidad para considerar estas cuestiones, y piensa que con la represión y el maltrato psicológico y mental tienen resuelta la situación carcelaria.
Harold Brito Parra tenía cumplido en las cárceles de castro 16 años de angustias, represión y malos tratos. Afirman que suplicó por escrito a través de un diario que hizo en una libra días antes de su muerte, que por favor, no lo dejaran morir gota a gota, que alguien intercediera por su vida, pero no recibió otra cosa que el profundo silencio.
Harold Brito Parra sufría tuberculosis y tenía un precario estado psíquico, según revelan las radiografías y la historia clínica en poder de Rosario Parra. Madre del mencionado. No obstante, permanecía en prisión como un recluso más, como siguen más de un millón, enfermos con múltiples dolencias, en sillas de rueda, tuberculosos, con Sida, psiquiátricos, y un sin numero de patologías todas de concepciones facultativas de libertad urgente.
Pero el monstruo continuo atacando la parte más endeble desde su madriguera, y no se le ablandan las piedras cardiacas que lleva en el supuesto pecho para dignarse a mirar la situación de los hombres que condena.
No es posible que muera un hombre más en las mazmorras castristas, sin que no existan medidas urgentes que detengan esta matanza.
Se alce el mundo, la iglesia, el Vaticano, todo hombre de fe, y humanidad y pidan al gobierno monárquico de los castros una amnistía para salvar a los prisioneros enfermos sin esperanzas de libertad. De lo contrario seguirán excarcelándolos a conveniencia y eso no es lo que ellos merecen.
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