LA  HABANA. (CD)- En la prisión de Guanajay, al reo Joaquín, conocido como  el Bailarín, hubo que amputarle una  pierna por negligencia del jefe de  la prisión.
El  Bailarín, como forma de protesta, se inyectó  petróleo con excremento en  una pierna.  El jefe del puesto médico, el doctor Isidoro, le comunicó  al jefe de la prisión que el recluso tenía que ser trasladado para el  hospital nacional de reclusos del Combinado del Este, pero el  jefe de  la prisión, el oficial Joaquín, "el hombre del saco", como le dicen los  presos, le comunicó al medico que el recluso no sería llevado al  hospital, que "si  quería combustible, ya lo tenía.
El reo fue llevado a celda de castigo por orden del jefe de la prisión  el 5 de septiembre. Cuando finalmente el recluso fue trasladado para el  hospital de reclusos, hubo que amputarle la pierna.
Según los funcionarios del orden interior que se encontraban alrededor de la celda de castigo donde se encontraba el Bailarín, la pierna estaba podrida y apestaba.
El jefe de la prisión, junto a Peña, el segundo director de las  prisiones de la provincia Artemisa, ahora  acusan  al medico de no haber  conducido al recluso a tiempo para el HNR.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario