LA HABANA, (CUBANET.ORG)-, El prisionero político y ex capitán de la inteligencia cubana, 
Ernesto Borges Pérez, ha perdido toda esperanza de salir de la cárcel 
después de esperar seis meses por la gestión de su libertad condicional,
 que el cardenal Jaime Ortega iba a gestionar ante el gobernante Raúl 
Castro, según le prometió el propio prelado.
Ernesto Borges Pérez.
El 10 de febrero, Borges Pérez inició una huelga de hambre que duró 25 días en reclamo de su libertad condicional. Ortega lo visitó en la cárcel el 28 de febrero pasado para persuadirlo de que abandonara su ayuno.
Raúl Borges, padre del preso, dijo que su hijo lleva 14 años de 
confinamiento y severos castigos en pequeñas y húmedas celdas, donde ha 
contraído numerosas enfermedades, incluyendo un peligroso nódulo en el 
cuello.
Borges es un ex oficial de la inteligencia cubana  graduado en la 
desaparecida Unión Soviética. El 17 de julio de 1998 fue arrestado bajo 
cargos de “alta traición” por filtrar información a Estados Unidos, y en
 1999 fue condenado por un tribunal militar a 30 años de cárcel en un 
juicio en que la fiscalía pedía la pena de muerte.
Según las leyes cubanas, tras cumplir los primeros 10 años de su 
condena a Borges le correspondía la libertad condicional, pero no le ha 
sido concedida.
“Ortega acudió al recinto penitenciario por encomienda de las más 
altas autoridades de La Habana, cuando la protesta amenazaba con 
entorpecer la visita a Cuba del papa Benedicto XVI”, declaró el padre 
del reo.
“Conversó con Ernesto alrededor de una hora y le aseguró que lo más 
conveniente era dejar su postura de fuerza y protesta, pues él hablaría 
personalmente con el presidente cubano Raúl Castro para obtener su 
libertad lo antes posible, a lo cual mi hijo accedió esperanzado”, 
agregó.
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