La superpoblación, el uso excesivo de la fuerza y la falta de
mecanismos de control y servicios básicos en las cárceles de Cuba
fomenta el "incumplimiento sistemático" de los derechos humanos de los
presos, a los que se llega a someter a "torturas", según denunciaron hoy
ante la CIDH.
Las denuncias se produjeron en una audiencia ante
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), a la que no
asistió ningún representante del Gobierno cubano, que no reconoce la
competencia de la comisión ya que ésta pertenece a la Organización de
Estados Americanos (OEA) a la que Cuba se niega a reintegrarse.
Frente
a unos asientos vacíos, Barbara Estrabao y Laritza Diversent del Centro
de Información Legal "Cubalex" afirmaron que, en lo que va de año, seis
reos se han suicidado por las malas condiciones de las cárceles y las
violaciones sistemáticas de derechos humanos a las que son sometidos.
Durante
su intervención, Diversent leyó el testimonio de uno de los presos, de
36 años de edad, que ha denunciado abusos y que lleva en prisión desde
1993, es decir, 21 años.
"El maltrato, las malas condiciones de
vida del mundo carcelario son insoportables. Estas cárceles no tiene
respeto a nada ni a nadie", leyó Diversent.
En su relato, el reo
habla de una "gran violencia" por parte de los responsables de
prisiones, que superan en agresividad a los propios presos.
El
hambre, el rigor de los guardias y el acatamiento de las órdenes de
otros reclusos para la "supervivencia" fueron algunas de las calamidades
que tuvo que soportar este preso cuando solo tenía 16 años, según
cuenta.
Precisamente, "las torturas, los tratos degradantes y los
maltratos físicos y psicológicos" llevan a los reos a clavarse objetos,
darse latigazos o emprender huelgas de hambre para protestar, según las
denunciantes.
Su relato evocó cárceles húmedas con cucarachas y
habitaciones sin luz en las que el guardia trae agua a los presos en un
cubo de pintura.
"Las celdas son para uno y las ocupan dos. Los
guardias les quitan el colchón a las cinco de la mañana y no se lo
devuelven hasta las ocho de la tarde", señaló Diversent.
Las
denunciantes hicieron especial hincapié en la situación de los menores
infractores, que a partir de los 16 años tienen responsabilidad penal y
son juzgados como sus mayores.
También destacaron la situación de
"extrema vulnerabilidad" de las presos con enfermedades mentales, en
silla de ruedas o que caen enfermos y a los que no se les proporciona
"ningún tipo de asistencia, ni medicamento".
En respuesta, uno de
los siete miembros de la CIDH, Felipe González, pidió a las denunciantes
mayor información sobre las seis muertes de reclusos, así como sobre
las condiciones bajo las que vive la población carcelaria en Cuba.
Por
su parte, las denunciantes aportaron un informe de 90 páginas con
fotografías de las cárceles y extractos de la ley cubana sobre el
sistema penitenciario.
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