“Estuve en el infierno… no vuelvo más”
Entrevista detallada a una de las dos venezolanas encarceladas en
Cuba durante 15 días. María José narra su historia a Cubanet.
LA HABANA, Cuba. -El pasado 16 de octubre fueron detenidas en La Habana dos mujeres venezolanas mientras abandonaban
el país después de pasarse una semana en Cuba. Maria José de 32 años y
Andreina González de 26 años fueron interceptadas por el Departamento
Técnico de Investigación (DTI) y detenidas por presuntos delitos de
cambio ilícito de dólares y venta de ropa. Ese mismo día fueron
encarceladas en la prisión de 100 y Aldabó, en La Habana.
Conversé con María José y me contó de primera mano su versión de todo lo sucedido:
María José: Mi amiga Andreina y yo después de una
larga espera para conseguir pasajes, planificamos un viaje a Cuba. En
nuestras maletas llevábamos ropa para vender en la isla. Cuando salimos
de Maiquetía, un guardia nacional me detiene para revisar mi equipaje
donde llevaba los dólares y comida. El guardia me dijo que para poderme
dejar pasar esos alimentos tenía que darle algo. Yo desesperada le di
200 dólares y allí comenzó toda la pesadilla.
Yusnaby Pérez: ¿En cuál vuelo viniste a Cuba?
María José: Era el vuelo 313 de Cubana de Aviación y salimos a la 1:00pm desde Caracas.
Yusnaby Pérez: ¿Qué ocurrió cuando llegaron a La Habana?
María José: Llegamos y mi novio estaba afuera
esperándome. De allí fuimos a un restaurante y después salimos para la
casa de unas amistades donde nos íbamos a quedar. Allí dormimos y al día
siguiente mi amiga y yo salimos a vender la ropa. Así estuvimos 4 días
hasta que vendimos toda la mercancía y luego nos dedicamos a pasear y
fiestear.
Yusnaby Pérez: ¿En qué momento son detenidas por la policía?
María José: El 16 de octubre era la fecha de mi
regreso a Venezuela. Mi amiga se había ido de madrugada al aeropuerto
porque volaba por la mañana y yo fui por la tarde pues mi vuelo era a
las 2:00pm.
En el momento de pasar inmigración entregué mi pasaporte y
me pidieron que esperara. Luego llegó un oficial de inmigración y me
dijo que no podía salir del país. Le dije que no podría perder el vuelo
que mi hija me esperaba. El oficial me decía: ¡No señora, usted no
viaja!
“Tenían mi pasaporte y todo en sus manos. Yo estaba aterrada y no
paraba de preguntarme qué pasaba. Nadie me explicó lo que sucedía hasta
que llegó un policía, me retiró el teléfono, la cartera y todas mis
pertenencias. Luego dos hombres se identificaron como oficiales del DTI,
me sacaron del aeropuerto y me montaron en una patrulla. Todo el mundo
me veía. Parecía yo una delincuente.”
Yusnaby Pérez: ¿Qué pasó cuando llegaste a la unidad?
María José: Al llegar a la unidad, la primera
persona que vi fue a mi amiga sentada llorando. A ella también la tenían
desde las 5:00am. Estaba prendida en fiebre y no la dejaban hablarme.
Mi novio también estaba detenido en la unidad, se lo había llevado del
aeropuerto sin que yo lo supiera y le habían quitado todas sus
pertenencias.
Yusnaby Pérez: ¿Cómo fue el interrogatorio?
María José: Me pasaron a un cuarto y me
interrogaron. Me dijeron que lo sabían todo y que dijera la verdad.
Querían saber a quién le había vendido la ropa, dónde nos habíamos
quedado y todo lo que había hecho en Cuba. Yo le dije toda la verdad.
Luego comenzaron a revisar mis pertenencias. Yo llevaba 1012 dólares en
la cartera, mis tarjetas de crédito y la cédula de mi hija y mis padres.
¡Todo me lo quitaron! Dejaron ir a mi novio y a mi amiga y a mi nos
llevaron para la prisión de 100 y Aldabó a las 11:00pm.
Yusnaby Pérez: Al llegar a la prisión de 100 y Aldabó… ¿qué ocurrió?
María José: Cuando llegamos al maldito infierno de
100 y Aldabó, nos bajaron, nos pesaron, nos midieron y nos pincharon el
dedo para unos análisis. Luego nos vistieron con ropa gris y nos
quitaron el reloj, las trenzas de los zapatos y todo lo demás. Nos
subieron a la celda con un forro para la colchoneta y una sábana para
taparnos.
“Subimos por unas escaleras que daban mucho miedo hasta el tercer
piso. La ‘M’ (así le dicen a la policía, nunca te dicen el nombre) metió
a mi amiga en una celda y a mi en otra. Allí comenzaron los días más
oscuros de mi vida.”
Yusnaby Pérez: ¿Cómo te sentiste en prisión al verte sola e incomunicada? ¿Qué más ocurrió ahí?
María José: Yo comencé a llorar y a pegar gritos
desesperadamente. Escuchaba a mi amiga llorando también en su celda. La
“M“ trajo a otra detenida para que me acompañara. Estaba muy asustada.
Empezamos a conversar y le conté que estaba presa por cambiar CUC (peso cubano convertible) por dólares en la calle y no en la Casa De Cambio oficial (CADECA). Su respuesta fue: “eso no es para estar en este lugar“.
“Pasé toda la noche llorando y a la mañana siguiente la ‘M’ me
condujo a un cuarto frío como una nevera y me comenzaron a interrogar de
nuevo sin parar y maltratándome psicológicamente.”
“En la celda no había luz. Era muy pequeña. Yo conté 6 pasos de largo
y ancho. Todos los días nos daban de comer frijoles negros con arroz
crudo. Nos sacaban a una celda sin techo conocida como ‘el soleador’ y
nos daban 10 minutos de sol diario. El resto era encerrada en la
oscuridad. Los mosquitos me comían toda y el frío por la noche me
mataba. La ‘M’ me decía que tratara de controlarme pues me negaba a
comer y me gritaban por ser una indisciplina.”
Yusnaby Pérez: ¿Cuántos días estuviste presa? ¿Cómo acabó todo?
María José: Enviaron mis papeles a fiscalía y había
que esperar 7 días hasta que respondieran. El día de la visita fue mi
novio y fue como ver a Dios. Lloraba desconsoladamente. Él me decía que
fuese fuerte. La visita nunca fue sola, siempre estaba la famosa
“instructora“ presente.
“Estuve encerrada ahí 15 días hasta que llegó mi libertad. Bajé 12
kilos en ese tiempo. Me llevaron junto con mi amiga a la Policía de
Inmigración donde sólo había extranjeros sin dinero pendientes de
deportación. Allí nos devolvieron el celular pero se quedaron con todo
el dinero. No nos devolvieron nada. Ahí fue cuando pude hablar con mis
padres en Venezuela que estaban vueltos locos. Allí contactaron con la
aerolínea y nos consiguieron espacio para regresarnos a Venezuela en el
vuelo próximo.”
Yusnaby Pérez: ¿Recibiste algún apoyo o ayuda por parte de la embajada de Venezuela en Cuba?
María José: Al cónsul lo vi el día que me venía a mi
amado país. Le dije que con él no tenía nada que hablar porque ya mi
problema estaba resuelto. No hicieron nada por mí. Me dijo que Cuba y
Venezuela estaban unidas para meter presos a los “raspacupos“. El día 30
de octubre fui deportada sin dinero y ahora andan siguiendo a mi novio
allá en La Habana. Lo quieren hundir.
Yusnaby Pérez: ¿Cómo fue tu regreso a Venezuela? ¿Aún sigues asustada?
María José: En Venezuela me recibieron sin problemas
y ahora gracias a Dios ya estoy en mi casa. Esta semana comenzaré a ir a
un psicólogo. Estoy muy afectada. Allá te meten mucha psicología para
volverte loca. Casi no como ni duermo. En la prisión me desnudaban
completa y me mandaban a saltar. Estuve en el infierno.
“Yo amo a Cuba, pero no volveré a ir mientras no se caiga ese gobierno.”
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