Denuncia de hermana del preso Domingo Ifraín Díaz Fuentes en huelga de hambre desde el 11 de mayo de 2011.
LA  HABANA. (MDC)-  Yo, Aymara Díaz Fuente, con domicilio legal en Ánimas #  163 entre Industria y Consulado, municipio de Centro Habana, ciudadana  cubana, con los derechos que me asisten, denuncio a las autoridades y  gobierno cubano (quienes sean responsables) por los motivos que a  continuación voy a exponer.
Mi  hermano se encuentra en el reclusorio Combinado del Este cumpliendo una  sanción de 13 años de privación de libertad por tráfico de personas. En  estos momentos lleva 61 días de inanición voluntaria, donde se han  cometido abusos, maltratos y se ha infringido la Ley en su caso.
Los  primeros 40 días lo mantuvieron en una celda de castigo y aislamiento  sin condiciones algunas para un ser humano, luego  le trasladaron para  el HNR (Hospital Nacional de Reclusos), en la sala E, cama 30,  incomunicado totalmente  con nosotros (su familia), no tiene acceso al  teléfono, ni a visitas, lo cual fue dispuesto por el Jefe de Orden  Interior de ese lugar, que se apellida "Pedroso". En ese mismo lugar  (HNR) lo tienen con todo tipo de personas con diferentes enfermedades,  como la hepatitis, entre otras.
En  estos momentos, tal como están las defensas de su organismo, está  expuesto a contraer cualquier enfermedad y quisiera que alguien me  explicara las palabras tan rebuscadas y bonitas que utilizan los  llamados jefes del Combinado, de que él tiene las mejores atenciones y  muchas cosas más, que me han dicho a mí, en mi propia cara.
El día 6  de julio de 2011, luego de tenerlo en una jaula al sol del mediodía,  cerrado herméticamente, por espacio de 39 minutos, se presentaron ante  él dos tenientes coroneles, nombrados Espinosa y Pedro Luis, fiscales  militares del Cerro, que le negaron todas las infracciones cometidas  sobre su persona; prueba de las cuales las tengo en la sentencia, que  está llena de imprecisiones, además de no dar luz en ningún momento de  la vista sobre el tiro que le dieron; ni la golpiza, en ocasión de su  captura, casi hasta matarlo.
De  hecho no es la única golpiza que ha recibido en estos cuatro años de  tortura que lleva recluido y alejado de sus seres más queridos, con  certificados médicos.
Su  historia clínica es bastante amplia, debido a todos los problemas de  salud que presenta, pues ha sido intervenido quirúrgicamente en dos  ocasiones en ese mismo hospital.
El  viernes 8 de julio de 2011, es trasladado nuevamente al edificio 1, en  una celda, aislado, sin tener en cuenta sus condiciones, donde como  castigo, según ellos, que yo personalmente lo llamo "tortura", le quitan  el colchón en la mañana y se lo devuelven en la noche.
Me  gustaría que presenciaran su cuerpo, que parece una bola de huesos, o  una persona del tercer mundo, tirado en el piso. Tanto que se habla en  este país de los campos de concentración, donde se cometían abusos y  torturas y creo que en el Combinado del Este se están utilizando métodos  bastante semejantes, o diría que iguales.
Al cabo  de tres días, el lunes 11 de julio, parece que alguien con buena vista  reconoce que no está en condiciones para estar ahí y lo devuelven al  HNR, en una sala que acondicionaron para personas como él, que todavía  estoy esperando para ver las  malas "condiciones" de la sala, porque  según todo lo que he visto en estos cuatro años, soy capaz de  imaginarlas.
Actualmente  lo atienden el teniente coronel Espinosa mencionado anteriormente en  este escrito, el capitán Edelmiro Ávila y Guillermo Lara que dicen  llamarse "DIVICO", según lo que me comunicaron, y que es la División de  Investigación y Criminalística, que radica en 100 y Aldabó.
Ahora  me vuelvo a preguntar si es mi hermano un criminal y qué tiene que ver  con esta comisión o dirección y hasta dónde lo van a llevar a él y a mí  familia, porque sólo lo visitan para comérselo a mentiras, e irritarlo y  provocarlo, para luego acusarlo de falta de respeto y de  indisciplinado.
Todo lo  expuesto en este escrito lo hago con la fuerza del corazón y la sangre  de una familia, que está padeciendo por lo que están haciendo con  Domingo Ifraín Díaz Fuentes, un hombre que no ha matado, ni atentado  contra la seguridad nacional, para que se encuentre sometido a tales  atrocidades y que pide revisen su sanción y le permitan la entrada a su  hijo menor de 10 años al país, que hace cuatro años no ve por estar  recluido, y que un funcionario de Emigración me comunicó que para darle  al niño una visa humanitaria, mi hermano tiene que estar en fase  terminal.
Me  parece una disposición arbitraria, que tengo entendido que no es Ley,  sino una restricción administrativa y no puedo esperar tranquilamente a  que mi hermano muera, porque realmente parece un cadáver.
Estoy  dispuesta a continuar esta lucha hasta ver que se haga justicia con mi  hermano, y que no quepa la menor duda que me he dirigido a todos los  canales posibles para que me atiendan y me den una respuesta, con  fechas, horas y nombres de personas que he investigado por mis propios  medios, porque nadie me las da, pues no parecen funcionarios públicos,  sino funcionarios secretos. Esto lo he padecido en todas las instancias a  las que me he dirigido. Estamos cansados de mentiras.
Y para  colmo, que irónica es la vida, acabo de leer en el periódico Granma, con  fecha 15 de julio, una nota que dice: "Ante silencio mediático, presos  norteamericanos continúan huelga de hambre", con sólo 14 días y lo  publican al pueblo, esto acompañado de un escrito muy interesante para  mí.
Creo  muy fácil criticar al vecino sin ver la basura que tenemos en nuestros  ojos. Pues yo demando eso mismo, acompañado de otras cosas  de más  envergadura que le han pasado a mi hermano, hoy con 63 días en huelga de  hambre o inanición voluntaria, que es la palabra bonita que se utiliza  aquí para adornarla, y no se ha hecho nada al respecto, o es necesario  que me vuelque con mi familia en defensa de él, en la "Plaza de la  Revolución" para exigir justicia, que es todo lo que exijo, "Justicia",  no mentiras, maltratos, ni represiones por decir la verdad y abogar por  lo mío.
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