LA HABANA. (PI)- En la tarde del 27 de junio, el andamio en que trabajaban dos reos, llamados Alexander y Ariel, a una altura equivalente a tres pisos de un edificio, se desarmó y ambos reclusos fueron llevados al un hospital con contusiones por todo el cuerpo, sobre todo en las caras y cabezas.
María López Báez, activista pro derechos humanos y fuente de esta información, explica que, después de ser dado de alta, Alexander le informó telefónicamente lo sucedido y que, además, ella verificó la información mediante comunicación por teléfono con la dirección y con reeducadores de la prisión donde ambos reos cumplen sentencia, conocida como Kilo 5 y medio, por estar ubicada en ese kilómetro de la carretera que une a Pinar del Río con el pueblo Luís Lazo.
"La esposa de Alexander vio, durante una visita conyugal a principios de julio, que aun tiene la cara hinchada y cubierta llena de moretones", afirmó López Báez y añadió que el segundo accidentado, Ariel, conocido por "el jabao", se encuentra aun hospitalizado y presenta traumas por todo el cuerpo, sobre todo en la cara y la cabeza, según le informo el reeducador que lo atiende en la prisión.
En una nota de denuncia enviada por Alexander a María López, el reo opina que "todo sucedió por no haber tenido la protección adecuada ese andamio" y señala que las en muchas ocasiones, las normas básicas de seguridad y protección no son observadas con los presos que trabajan.
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