Por Jorge Alberto Liriano Linares.
Camagüey, Cuba.– En reclamo al derecho de asistencia médica especializada en la prisión provincial de Kilo 7, Camagüey, donde se encuentra confinado, recluso contagiado de tuberculosis corre el riesgo de morir plantado.
De acuerdo con el testimonio del enfermo Luis Oquendo Milanés, de 39 años de edad, se declaró en huelga el pasado 25 de diciembre luego de acudir a la posta médica del penal en busca de asistencia médica producto a los sistemáticos esputos de sangre que frecuenta, fiebres intermitentes y diarreas.
Atendido en esta ocasión por el doctor Dioreysis Fernández Cruz, con número de registro 121678, según asegura el prisionero este médico desestimó la gravedad del estado de salud en que se encuentra afirmando que los servicios médicos se encargarían del caso en el próximo año pues ahora estaban en días festivos producto a fin de año, y resultaba imposible conceder el tratamiento requerido.
Resultando en extremo de inhumana la decisión del citado galeno que no fue capaz al menos orientar una orden de ingreso al paciente, quien fue enviado de vuelta a un local de encierro compartido con otros 120 reclusos y dando lugar a que continúe proliferando la contagiosa epidemia bacteriológica en el citado centro penitenciario.
Quedando así demostrado una vez más, la carencia de ética, humanismo y profesionalidad de los servicios médicos del MININT, una dependencia del sistema de salud cubano que con su actuar negligente contradice la razón de salvar vidas para lo que fueron creados.
Camagüey, Cuba.– En reclamo al derecho de asistencia médica especializada en la prisión provincial de Kilo 7, Camagüey, donde se encuentra confinado, recluso contagiado de tuberculosis corre el riesgo de morir plantado.
De acuerdo con el testimonio del enfermo Luis Oquendo Milanés, de 39 años de edad, se declaró en huelga el pasado 25 de diciembre luego de acudir a la posta médica del penal en busca de asistencia médica producto a los sistemáticos esputos de sangre que frecuenta, fiebres intermitentes y diarreas.
Atendido en esta ocasión por el doctor Dioreysis Fernández Cruz, con número de registro 121678, según asegura el prisionero este médico desestimó la gravedad del estado de salud en que se encuentra afirmando que los servicios médicos se encargarían del caso en el próximo año pues ahora estaban en días festivos producto a fin de año, y resultaba imposible conceder el tratamiento requerido.
Resultando en extremo de inhumana la decisión del citado galeno que no fue capaz al menos orientar una orden de ingreso al paciente, quien fue enviado de vuelta a un local de encierro compartido con otros 120 reclusos y dando lugar a que continúe proliferando la contagiosa epidemia bacteriológica en el citado centro penitenciario.
Quedando así demostrado una vez más, la carencia de ética, humanismo y profesionalidad de los servicios médicos del MININT, una dependencia del sistema de salud cubano que con su actuar negligente contradice la razón de salvar vidas para lo que fueron creados.
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