En la prisión de Taco-Taco, en la actual provincia de Artemisa, las
violaciones de los Derechos Humanos son cada vez más frecuentes. Un
claro ejemplo de ello es el caso del interno Jesús Oliver Rya, natural
de Artemisa, el cual el 10 de mayo de 2013, llevaba diez días en huelga
de hambre, por lo que su estado de salud presentaba síntomas de
deterioro.
En esas condiciones decidieron trasladarlo a un hospital en
contra de su voluntad y lo obligaron a llevar todas sus pertenencias.
Jesús Oliver me había confiado que
era inocente de lo que se le estaba tratando de inculpar y que la
policía de su municipio era consciente de ello, por lo cual se plantó.
Esos policías, según dijo, lo engañaron por lo que decidió llevar la
huelga de hambre hasta el final.
Otros reclusos sostienen que el cuerpo policial de esa localidad está
muy corrupto y no se realizan las investigaciones con seriedad.
El régimen castrista se empeña en destacar irregularidades en la
prisión de la base de Guantánamo y oculta lo que ocurre en sus propios
reclusorios, en especial en Taco-Taco, célebre por los horrores y
desmanes con los reclusos.
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