Por Dania Virgen Garcia
dania.zuzy@gmail.com
LA HABANA, Cuba, 10 de mayo de 2013, Dania Virgen García/
En carta enviada por el hindú Dalvinder Singh Jagpal, desde la prisión
de régimen especial Agüica, en la provincia de Matanzas, se citan abusos
y torturas.
Desde la celda de castigo llamada La Polaca, en donde tienen a
Dalvinder Singh Jagpal en total aislamientoexplicó que las torturas,
golpizas, abusos y toda clase de humillaciones contra los prisioneros
están a la orden del día.
El martes 15 de enero, los carceleros le propinaron una golpiza a un
preso conocido por Acutí, en el centro de torturas El Vivac. Le
partieron la cabeza ,
y lo patearon por todas partes. El reo es de avanzada edad, y lleva
más de 10 años en la prisión. La golpiza fue protagonizada por el
segundo jefe de orden interior conocido por Argüelles, y un carcelero
conocido por Yoel. Este último tiene un metro y medio de altura, y
siempre participa en todas las palizas, porque, según expresa Singh
Jagpal, ”está buscando un cargo más alto del que tiene, es del único modo en que se convierten en un ejemplo de revolucionario”.
También, refirió que los presos sufren de enfermedades crónicas engendradas en la cárcel, por las condiciones de vida inhumanas.
Asegura que al preso Francisco Santiago Engroba Rodríguez, ubicado
al lado de su celda, le suministran más de 15 pastillas de fármacos
diferentes diariamente para mantenerlo dormido. Fue torturado
salvajemente, y le partieron la cabeza ,
lo que le provocó trastornos mentales. El reo, quien debe estar en un
hospital siquiátrico, se encuentra en una celda de castigo.
Dalvinder refiere el caso del ciudadano ucraniano Mikhaylo Hromon.
Entró a Cuba como turista el 19 de junio de 2012, y el 20 de julio del
mismo año, en La Habana, le vendieron un apartamento por 42 000 cuc. Después
de los 10 días de entrega del departamento, la policía política lo
visitó y lo acusaron de que tenía un arma de fuego calibre 45. Le
confiscaron el apartamento y 12 mil cuc, moneda cubana equivalente al
dólar, y ahora está enfrentando juicio por tráfico ilegal de drogas,
porque alegan las autoridades que su orina tenía cocaína.
El ucraniano está en la celda de castigo la Polaca, número 14, en
régimen especial, aislado, y sin comunicación con sus familiares.
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