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'LOS IMPERIOS FUNDADOS POR LA TIRANIA Y SOSTENIDOS POR LA FUERZA Y EL TERROR, DEBEN CAER CON EL ESTREPITO DE LOS CATACLISMOS GEOLOGICOS'...

LAS CARCELES NO CALLARAN LA INJUSTICIA NI SUS CRIMENES, Y SI FUERA NECESARIO SE ALZARAN LOS MUERTOS PARA JUNTO A LOS VIVOS DEFENDER LA PATRIA DE LAS GARRAS DEL TIRANO...

TRADUCTOR

DECLARACIONES DEL PRISIONERO RAUL RODRIGUEZ SOTO REALIZADA POR LA PI DANIA V GARCIA

DECLARACIONES DE MABEL GONZALEZ POR DANIA V GARCIA

DECLARACIONES DE MABEL GONZALEZ ALFONSO POR DANIA V GARCIA

DECLARACIONES DE MABEL GONZALEZ ALFONSO POR DANIA V GARCIA

martes, 7 de mayo de 2013

Cómo nace un disidente


Por Ángel Santiesteban-Prats


La Habana, Prisión La Lima. (Loshijosquenadiequiso)

En la prisión La Lima, donde me encuentro cumpliendo la injusta condena a la que me han sentenciado por unos delitos que no cometí, he conocido al también preso político Lamberto Hernández Planas, quien teniendo cuarenta y tres años de edad pronto cumplirá veintidós años encarcelado. Ni las torturas y los horrores que les relataré a continuación le han hecho cesar ni un ápice sus ideas libertarias.

Hago un paréntesis. Siempre que escucho los testimonios de las víctimas de la violencia de la dictadura pienso en el pueblo de Cuba, en aquellos que -cuando logremos un sistema libre y salgan a la luz los terribles abusos del gobierno de los Castro- dirán que no sabían nada de las atrocidades que se cometían contra sus hermanos. Especialmente pienso en los intelectuales que apoyan al régimen y que callan en sus obras las verdades que debieran recoger y plasmar en su arte.

Lamberto Hernández, a pesar de llevar más de dos décadas de encarcelamiento y de haber sido sometido a inhumanos regímenes especiales de seguridad -en los que ha padecido y soportado lo indecible- no ha cesado su lucha.

A principios de los años 90, se dedicaba a traer cerámica desde la Isla de la Juventud hacia La Habana con la intención de revenderlas, y gracias a que dominaba el idioma portugués, estrechó relación de amistad con estudiantes africanos. Su vida transcurría con total normalidad hasta que un oficial de la Seguridad del Estado se le acercó con la intención de proponerle colaboración puesto que sospechaba la existencia de estudiantes extranjeros contrarrevolucionarios. Su trabajo consistiría en sacarles información, y en especial, alguna información sobre la posible intención de crear un partido político. En caso de obtener esa información, debería ir los viernes a la unidad policial de Gerona para transmitirla.

Lamberto -que no tenía hasta entonces ninguna inclinación política- aceptó la propuesta y prometió buscarlo en caso de que obtuviera dicha información. Pero su verdadera intención era quitarse de encima al oficial.

Esperaron meses y tras haberle hecho varias advertencias para que cooperara y habiendo comprendido que no lo haría, decidieron actuar: fue apresado y conducido a la unidad policial, donde supo de una denuncia de robo. Le presentaron como denunciante a una joven que no conocía. Luego supo que tenía veintitrés años y la chantajearon porque se prostituía con los estudiantes extranjeros. Ni siquiera tenía residencia en aquella ciudad, y para más pruebas que presentó la defensa, la fecha en que le endilgaban los hechos, no coincidía con su presencia en Gerona pues se encontraba en La Habana.

Por supuesto, de nada valieron los testigos. Sabido es que de antemano ya estaba sancionado (cualquier parecido con otras realidades es pura coincidencia). A partir de su injusta sentencia y su ingreso a la penitenciaría, comenzó su actividad de oposición, primero reclamando su inocencia y derechos civiles, pero luego fue creciendo su conciencia y con ella su activismo político a medida que recorría prisiones por toda la isla, siete en total. Conoció a los opositores más representativos de la disidencia cubana, y, como en un escuela, pudo acumular lecturas y prácticas de civismo.

Sus condenas fueron creciendo a la par que sus protestas en los penales y todas ellas ocultas tras acusaciones comunes. Por ello recibió golpizas y sufrió fracturas múltiples. Realizó varias huelgas de hambre, a veces única arma que le dejan al preso político cubano para exigir justicia, que le han dejado diversas secuelas en su organismo.

Describe cómo ha soportado estos años de “regímenes especiales”, sobre todo los primeros ocho, seis de ellos sin recibir visitas de familiares.

Le fueron sumando otras condenas “por incitar a las masas” en las cárceles, “boicot”, “convocar actividades políticas” en las prisiones, pero todas ellas disfrazadas con causas comunes para evitar reconocerlo como preso político o de conciencia.

En el 2003, la Seguridad del Estado, en un gesto de desesperación, le ofreció que sirviera de informante y luego testigo en los juicios contra los 75 disidentes arrestados en la “Primavera Negra”, a lo cual, por supuesto, se negó rotundamente y así les hizo saber a los presos de conciencia cuando regresó a la celda.

Por su negativa a colaborar una vez más y su pronunciada actitud antigubernamental, ha recibido intensas torturas y hasta han llegado a intentar causarle la muerte. En su cuerpo carga las secuelas en forma de enfermedades crónicas: neuropatía periférica, hemorroide interna de segundo grado, y ambliopía (falta de visión), hernia hiatal, esofagitis, gastritis crónica con sangramiento, duodenitis, quiste en un testículo causado por las patadas -el cual le causa inflamaciones e intensos dolores- y sangramiento rectal del que aún los médicos no han podido descubrir su causa.

Cuando llegó al famoso régimen especial de Kilo 7, los guardias lo esperaban a la entrada del penal para advertirle: “te reeducas o te reeducamos”, a lo que Lamberto respondió: “si aquí matan a los hombres, yo vine a desafiar la muerte”. Inmediatamente recibió la primera de los tantas golpizas que luego no cesarían.

“Siempre me pregunto –me dice Lamberto-, por qué hemos sufrido tanto los que hemos dado todo por la libertad de Cuba… si no es suficiente haber entregado toda la juventud y soportar dolores y humillaciones”. Pero cuando piensa de lo que podrán disfrutar todos los cubanos, pero sobre todo la libertad genuina para nuestros hijos y nietos, le parece poco lo que ha entregado a la causa.

Asegura que, a pesar de sus ahora veintidós años de prisión, las secuelas físicas y psíquicas y las doce huelgas de hambre, aún sigue en pie de lucha aunque no con las mismas fuerzas pero si con el mismo espíritu multiplicado para continuar defendiendo nuestros derechos humanos inclaudicables, y siempre sin caer en la trampa sentimental del ofrecimiento de libertad que desde el 2011 le anuncian.

Lamberto Hernández pertenece al Comité de Derechos Humanos, fue parte del frente de Línea Dura y Boicot Orlando Zapata Tamayo, y hoy es parte del Partido Republicano Cubano (PRC). Su esposa Niurka Rivera Despaigne forma parte de las Damas de Blanco y de la Federación Latinoamericana de Mujeres Rurales (FLAMUR).

“Ese es mi modesto aporte, hermano” me dice y se aleja porque ha advertido que comenzará el recuento. Miro su silueta de hombre humilde que lucha desde el total anonimato.

 
Ángel Santiesteban-Prats
Prisión La Lima. Marzo de 2013

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