Por Dania Virgen García/
Bárbara Pagés Moré, madre del preso Ricardo Pagés Moré, de 41 años de edad, quien se encontraba recluido en la prisión para enfermos del VIH-SIDA, en la provincia de Mayabeque, afirma que su hijo falleció por negligencia médica.
Asegura que se contagió con la enfermedad del VIH-SIDA en la prisión “Cinco y Medio”, en la provincia de Pinar del Río. Luego de ser trasladado para la provincia de Mayabeque, adquirió un parásito llamado candilasis, que le impedía comer, debido que se le reflejaba en la garganta, y otras patologías que no eran atendidas en la prisión.
Desde el año pasado, el preso llevaba varios días sintiéndose mal. Su madre hablaba constantemente con el jefe de la prisión, de apellido Castillo; también con los médicos y enfermeras, para que lo llevaran a un hospital donde lo atendiera un especialista, y le otorgaran la licencia extrapenal, pero no le hacían caso a sus pedidos.
Tardaban meses para suministrarle medicamentos, hasta que le provocaron el agravamiento de su enfermedad.
Fue trasladado para el Hospital Nacional de Reclusos, de la prisión del Combinado del Este, La Habana, el 21 de noviembre de 2012.
En el mes de junio de 2013, su madre pensó que su hijo saldría de pase por que era su cumpleaños, pero ya estaba de vuelta en el hospital para reclusos, grave.
Cuando no sabían qué podían hacer con el enfermo, lo remitieron para el IPK, (Instituto de Medicina Tropical), pero allí no le aceptaron el ingreso por que las salas estaban abarrotadas de pacientes con cólera. Fue ingresado entonces en el Hospital Clínico Quirúrgico La Dependiente.
En La Dependiente le dieron dos paros cardiacos.
El 10 de octubre pasado le otorgaron la licencia extrapenal. Falleció el 18 de octubre.
Su madre culpa al jefe de la prisión del VIH-SIDA, y a las instituciones donde se presentó solicitando la licencia extrapenal. Dice Bárbara Pagés que la tuvieron engañada por mucho tiempo.
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