AGÜICA, LA CÁRCEL DEL TERROR.
Por: Gloria Irene Pérez Arce
Colaboradora de Cuba, Democracia y Vida.
http://www.cubademocraciayvida.org/-
La Habana. Todos sabemos que el sistema penitenciario cubano es una copia fiel de los vivac de la Alemania Fascista, incluyendo su infrahumana condición de vida, donde un hombre entra y sale hecho un harapo, como hemos visto con el hermano prisionero Ariel Sigler Amaya que muere en un hospital de rehabilitación, cuando realmente lo que necesita es un hospital general donde curen su mal de forma urgente.
Agüica cárcel de máximo rigor, donde la tortura es el plato fuerte, enclavada en las afueras del municipio de Colón provincia de Matanzas, se ha convertido según sus prisioneros, en uno de los tantos recintos penitenciarios donde el hombre vale menos que un perro, y se emplean métodos sucios y tiranos, con el objetivo de encontrar soluciones que ellos mismos saben que no existen ni existirán nunca, mientras dirijan esa fortaleza los sicarios castristas.
Según informó una fuente familiar del recluso Augusto Guerra Márquez, el oficial Orlandito, de la Sección 21 en esa penitenciaria matancera le dijo que si continuaban “Jodiendo” con actividades políticas dentro del calabozo, que le iban a pasar por encima.
Comenta la fuente que para este “pase por encima” utilizan a presos comunes, destinados a la supuesta disciplina de los destacamentos, para que agredan a los políticos y argumentar que por conflictivos se metieron en problemas y todo queda como riñas entre prisioneros, sin embargo son dirigidas y orquestadas miserablemente por los propios oficiales y conduces que de forma autoritaria y abusadora dicen que están allí para reeducar e imponer el orden.
Otro de los abusos que están cometiendo son con el prisionero Raúl Rodríguez Soto, quien fue trasladado del Combinado del Este para esta prisión, después de ser obligado por la fuerza a abandonar la huelga de hambre que comenzó el día 1 de enero, donde reclamaba los derechos de todos los presos, además de discutir por su moral y principios ante la vil situación que estaba fomentando el oficial de la Sección 21, conocido por Alejandro, el cual sin ningún escrúpulo se personó, en casa de la esposa de Rodríguez Soto, la señora Mabel González Alfonso, invitándola a verse con ella en un lugar intimo.
Expone Mabel, que esto bastó para que su esposo fuera maltratado física y mentalmente durante un mes y 9 días, llevado a una celda tapiada, desnudo, y con un extractor de aire todo el tiempo sobre el cuerpo, en los mismos momentos donde la temperatura en la isla se reportaba en 7 grados.
Añade que no les alcanzó con esta medida tan infrahumana y desestabilizadora, y lo amenazaron con enviarlo al fin del país, trasladándolo sin avisarle a ella para esta cárcel, donde no le dejan tener ni las más mínimas condiciones para su desgastada salud.
Asegura que no le dan medicamentos para la diabetes tipo I que padece desde que nació, ni medicamentos para un padecimiento de esquizofrenia que necesita de fármacos antidepresivos y tranquilizantes para controlar su condición bipolar, pero lo hacen porque lo que quieren es que se siga exaltado para condenarlo aún más y tener motivos para seguir atropellándolo.
Aclara, que su esposo permanece en una silla de ruedas sin poder valerse por si mismo, y que aún así, lo confrontan, lo obligan a ponerse de pie para los recuentos, sabiendo que no puede, y en estos momentos se encuentra amenazado por un oficial que responde al nombre de Gelasio, y quien apodan “el Sargentón” para que le propine una paliza por cualquier situación que ellos denominen indisciplina.
Incluyendo que para que ocurra esta indisciplina y poder justificar la paliza, chocan con el, y lo humillan para que salte a causa de sus condiciones mentales y después argumentar que se insubordino, como ellos acostumbrar a decir.
Ante estas declaraciones de abuso, me di a la tarea de investigar un poco más sobre la situación de la cárcel cubana de Agüica, y supe por varios familiares de reclusos del lugar, que es mejor morir que llegar a este recinto penitenciario, porque todo es abuso, humillación, golpes, torturas, maltratos, y para ser mucho más criminales, cuando dan la voz de silencio si algún recluso tose, simplemente, o comenta algo y lo escucha, lo esposan con las manos detrás y lo lanzan por las escaleras.
Colaboradora de Cuba, Democracia y Vida.
http://www.cubademocraciayvida.org/-
La Habana. Todos sabemos que el sistema penitenciario cubano es una copia fiel de los vivac de la Alemania Fascista, incluyendo su infrahumana condición de vida, donde un hombre entra y sale hecho un harapo, como hemos visto con el hermano prisionero Ariel Sigler Amaya que muere en un hospital de rehabilitación, cuando realmente lo que necesita es un hospital general donde curen su mal de forma urgente.
Agüica cárcel de máximo rigor, donde la tortura es el plato fuerte, enclavada en las afueras del municipio de Colón provincia de Matanzas, se ha convertido según sus prisioneros, en uno de los tantos recintos penitenciarios donde el hombre vale menos que un perro, y se emplean métodos sucios y tiranos, con el objetivo de encontrar soluciones que ellos mismos saben que no existen ni existirán nunca, mientras dirijan esa fortaleza los sicarios castristas.
Según informó una fuente familiar del recluso Augusto Guerra Márquez, el oficial Orlandito, de la Sección 21 en esa penitenciaria matancera le dijo que si continuaban “Jodiendo” con actividades políticas dentro del calabozo, que le iban a pasar por encima.
Comenta la fuente que para este “pase por encima” utilizan a presos comunes, destinados a la supuesta disciplina de los destacamentos, para que agredan a los políticos y argumentar que por conflictivos se metieron en problemas y todo queda como riñas entre prisioneros, sin embargo son dirigidas y orquestadas miserablemente por los propios oficiales y conduces que de forma autoritaria y abusadora dicen que están allí para reeducar e imponer el orden.
Otro de los abusos que están cometiendo son con el prisionero Raúl Rodríguez Soto, quien fue trasladado del Combinado del Este para esta prisión, después de ser obligado por la fuerza a abandonar la huelga de hambre que comenzó el día 1 de enero, donde reclamaba los derechos de todos los presos, además de discutir por su moral y principios ante la vil situación que estaba fomentando el oficial de la Sección 21, conocido por Alejandro, el cual sin ningún escrúpulo se personó, en casa de la esposa de Rodríguez Soto, la señora Mabel González Alfonso, invitándola a verse con ella en un lugar intimo.
Expone Mabel, que esto bastó para que su esposo fuera maltratado física y mentalmente durante un mes y 9 días, llevado a una celda tapiada, desnudo, y con un extractor de aire todo el tiempo sobre el cuerpo, en los mismos momentos donde la temperatura en la isla se reportaba en 7 grados.
Añade que no les alcanzó con esta medida tan infrahumana y desestabilizadora, y lo amenazaron con enviarlo al fin del país, trasladándolo sin avisarle a ella para esta cárcel, donde no le dejan tener ni las más mínimas condiciones para su desgastada salud.
Asegura que no le dan medicamentos para la diabetes tipo I que padece desde que nació, ni medicamentos para un padecimiento de esquizofrenia que necesita de fármacos antidepresivos y tranquilizantes para controlar su condición bipolar, pero lo hacen porque lo que quieren es que se siga exaltado para condenarlo aún más y tener motivos para seguir atropellándolo.
Aclara, que su esposo permanece en una silla de ruedas sin poder valerse por si mismo, y que aún así, lo confrontan, lo obligan a ponerse de pie para los recuentos, sabiendo que no puede, y en estos momentos se encuentra amenazado por un oficial que responde al nombre de Gelasio, y quien apodan “el Sargentón” para que le propine una paliza por cualquier situación que ellos denominen indisciplina.
Incluyendo que para que ocurra esta indisciplina y poder justificar la paliza, chocan con el, y lo humillan para que salte a causa de sus condiciones mentales y después argumentar que se insubordino, como ellos acostumbrar a decir.
Ante estas declaraciones de abuso, me di a la tarea de investigar un poco más sobre la situación de la cárcel cubana de Agüica, y supe por varios familiares de reclusos del lugar, que es mejor morir que llegar a este recinto penitenciario, porque todo es abuso, humillación, golpes, torturas, maltratos, y para ser mucho más criminales, cuando dan la voz de silencio si algún recluso tose, simplemente, o comenta algo y lo escucha, lo esposan con las manos detrás y lo lanzan por las escaleras.
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