Desde la prisión de régimen especial de kilo 7, en la provincia de Camagüey, el reo Jorge Alberto Liriano Linares, informa que cada año destierran a centenares de presos habaneros, principalmente del Combinado del Este, a cárceles en otras provincias, lo que provoca grandes conflictos a los presos y sus familiares.
La mayoría de estos sancionados que son trasladados lejos de sus provincias de origen se ven privados de las visitas familiares, debido a la falta de recursos y las difíciles condiciones del transporte que enfrenta el país.
Al empeoramiento de sus condiciones de vida, se suman los malos tratos, el rechazo, y el odio a que son sometidos los presos por parte de guardias sin escrúpulos y regionalistas.
Asegura Liriano Linares que según datos de oficiales, cerca del 50 % de presos se encuentran en cárceles fuera de sus provincias. De ellos, más del 60% es de la raza negra. La mayoría de los trasladados son pobres, con trastornos mentales y homosexuales.
El alto nivel de corrupción de los jefes y de sus subordinados militares en las prisiones, y de las direcciones de cárceles y prisiones, ha convertido en un gran negocio la política de desterrar presos a otras provincias.
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