En la prisión de Ariza, en Cienfuegos, en la noche del martes cinco de
junio murió el recluso Juan Carlos Liriano Fernández, de 50 años de
edad, informaron los reos Julio Ortiz Argudín y Boris Lázaro Lazo
Fernández.
Juan Carlos Liriano Fernández murió en una celda de castigo, tapiada, de un infarto masivo del miocardio. Se encontraba pendiente a sanción, por el delito de hurto y sacrificio de ganado mayor. Padecía de trastornos mentales.
El recluso fallecido estuvo sometido a todo tipo de torturas físicas y sicológicas, según afirmaron las fuentes. Llevaba un mes en celda de castigo, en condiciones infrahumanas. Comentaron algunos reos a las fuentes que el reo llevaba varios días sin comer, ya que la comida la lanzaba por el turco, pero no recibía atención médica.
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