Dania Virgen García
Informa el recluso Rolando Castro Sánchez desde el destacamento 11, cubículo 94 de la prisión provincial de Canaleta, Ciego de Ávila, acerca de las represalias y castigos que ha sufrido por colocar un cartel antigubernamental.
Rolando Castro Ávila refiere que el 24 de agosto fue sacado del destacamento número tres, llevado a una oficina y entrevistado por tres oficiales de la Seguridad del Estado, quienes lo ofendieron con palabras obscenas y con amenazas, por sacar unas pancarta que decía: ABAJO FIDEL, VIVA LOS DERECHOS HUMANOS, ABAJO EL HAMBRE, ABAJO LAS GOLPIZAS.
Tras la entrevista fue conducido a celda de castigo. Le decomisaron cuatro ejemplares de la revista Miscelánea de Cuba y tres libretas sin usar. Posteriormente le fue propinada una golpiza por el teniente coronel Ricardo Pérez Díaz, jefe de la prisión, el jefe de grupo, Alberto, y el oficial que se encontraba ocupándose de las celdas de castigo ese día, Tejeda. Le partieron la boca y la cabeza, en la que hubo que darle tres puntos de sutura, y le lesionaron un brazo.
Estuvo en la celda de castigo durante 10 días, seis de ellos sin agua, sin poder bañarse y sin asistencia médica. Cuando fue llevado para el destacamento reclamó sus pertenencias, pero le respondieron que no le seria devuelto los libros ni las libretas por orden recibida de la Seguridad del Estado desde La Habana. Cuando protestó, lo sacaron nuevamente de la compañía y le propinaron otra golpiza, siendo apoyado por los demás presos, quienes protestaron contra los abusos contra su persona.
Los funcionarios de orden interior amenazaron con “desaparecerlo si seguía en la contrarrevolución.”
Refiere Castro Sánchez que “el jefe de grupo, Alberto, y el reeducador Orestes andan con tubos y cabillas entizados con trapos, diciendo que están autorizados a dar golpes por el general Abelardo Colomé Ibarra, el ministro del Interior”.
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