Por Dania Virgen Garcia
LA HABANA, Cuba, 13 de octubre (Dania Virgen García, www.cubanet.org ) -Informa desde la prisión de Holguín, el recluso Héctor Téllez Rivero, del destacamento 8, acerca de los abusos contra los presos que presenció en la prisión de Canaleta, en Ciego de Ávila.
“La muerte de un recluso, llamado Fiallo, fue provocada por los oficiales de orden interior que, luego de una golpiza, lo dejaron esposado en una celda de castigo. Igual pasó con Osmaní, un reo homosexual que ofendió al jefe de la prisión. También un recluso, llamado Julio, murió, empastillado y esposado, dentro de una celda de castigo. Julio Cesar Vázquez, que padecía de problemas mentales, se ahorco”, refiere.
Narra Téllez que estos hechos siguen pasando en Canaleta, con el total conocimiento de los jefes de la prisión.
Afirma conocer casos de jefes que venden la licencia extrapenal (libertad condicionada por razones médicas) a los reclusos, pero que “los que verdaderamente están enfermos sólo pueden salir muertos de la cárcel”.
Cita el caso de Alberto Valdés Cabrera, un enfermo de SIDA a quien le faltan las manos, que vive aislado en condiciones infrahumanas, en una celda de castigo.
Según Téllez, el mayor Eugenio de la Cruz hace negocios con los reos y acepta sobornos a cambio de sacarlos a trabajar.
A veces los reos son apuñaleados por otros reos y muchas de estas agresiones son ordenadas por el mayor Eugenio de la Cruz, asegura Téllez.
Explica Téllez que, a diferencia de Canaleta, las torturas sicológicas son el método más utilizado por los funcionarios de orden interior en la prisión provincial de Holguín, donde se encuentra ahora.
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