Por Dania Virgen Garcia
 -Desde la prisión provincial de Cerámica Roja, en Camaguey, al oriente  de Cuba, informa el preso Rolando Castro Sánchez sobre los maltratos a  que son sometidos los presos homosexuales y, particularmente, los  travestis.
Asegura Castro Sánchez que estas personas son tratadas como animales,  recibiendo todo tipo de maltratos y desprecios, torturas y golpizas,  por parte de los funcionarios de orden interior en la prisión. Asegura  también que algunos de estos presos llegan a ser asesinados por el solo  hecho de su identidad  sexual.
“Los obligan a que se vistan como hombres, les quitan todas sus  prendas de vestir y se las botan; los ofenden, diciéndoles maricones  asquerosos, que debían haberse muertos antes de haber nacido, y que  Mariela, la hija de Raúl Castro, es otra ‘invertida’ que les permite  hacer esas cosas”, refiere la fuente.
Sostiene igualmente el preso Rolando Castro que: “Los funcionarios  del orden interior, con el conocimiento de los jefes de las prisiones,  cometen a diario abusos contra los travestis en las prisiones Cerámica  Roja, Kilo 7 y la 26, todas en Camaguey”.
Según él, en la prisión Kilo 7, el jefe de grupo, Fidel, más conocido  como El Pelicolorado, sorprendió con su pareja al travesti que llaman  Marisol, de 18 años de edad, de raza negra, y lo condujo para una celda  de castigo, donde le propinaron un golpiza tan severa que lo dejaron  casi muerto. En esas condiciones lo esposaron de la reja, en la celda,  le quitaron la ropa, y le introdujeron por el ano una tonfa, lo que  provocó que tuviera que ser ingresado, en estado grave, por 16 días, en  el Hospital Amalia Simoní, de la ciudad de Camagüey.
En esta misma prisión, en el destacamento 6, el jefe de grupo,  Manuel, más conocido como El Bizco, luego que sorprendió con su pareja a  un travesti de 20 años, conocido como Katy y también negro, lo llevó  para la celda de castigo y, después de propinarle una golpiza que lo  dejó sin conocimiento, le quitó toda la ropa y, con un tabaco encendido,  le quemó los glúteos.
En el destacamento tres, el jefe de orden interior conocido como  Yelier, quitó al travesti Cintia, de 22 años y también negro, todas sus  pertenecías de vestir  y se las rompió. Cuando, con una cuchilla de  afeitar, trataba de romper una falda que tenía puesta el joven, le  ocasionó una herida de 10 puntos en el glúteo izquierdo.
En el destacamento diez, el segundo jefe de orden interior, Zayas,  atrapó al travesti Madona, de 21 años, acostado con su amigo, el  travesti Marlen, de 25 años. Se llevó a los dos para la celda de castigo  y, junto a 7 funcionarios del orden interior, los obligaron a que se  besaran mientras se burlaban, y después, a beber de un cubo de orine.
En el destacamento cinco, el jefe de grupo, conocido como El  Pelicolorado, paseó desnudo por todo el penal al travesti que se hace  llamar Daniela, de 27 años, negro también, y lo llevó para la celda de  castigo, donde le propinó una golpiza y lo obligó a que metiera la mano  en el turco, sacara excrementos y se los comiera. Después, lo obligó a  ir por todos los destacamentos desnudo y embarrado de excremento, para  que -según dijo el oficial- los otros presos vieran que “es un maricón  asqueroso y que le gusta comer mierda”.
En otra ocasión, el ‘reeducador’ Freddy llevó a Daniela para la celda  de castigo, lo golpeó, esposado de pies y manos, y le azuzó a un perro  pastor alemán, sin bozal, que lo mordió en las nalgas y el muslo  izquierdo.
El jefe de grupo conocido por El Bizco, sorprendió con su pareja al  travesti Malú, en el destacamento 10, cubículo 20. Después de propinarle  una golpiza, él junto a cinco guardias, lo obligaron a lamer el pene de  un perro pastor alemán.
El miércoles 25 de enero, en la prisión Cerámica Roja, fue víctima de  una golpiza a palos y puñetazos el travesti conocido por María, de 18  años, el motivo sólo hecho fue que reclamó al reeducador Peña que le  devolviera las prendas de vestir que le habían quitado. Después de la  golpiza, el reeducador amenazó con “matarlo como a un perro.”
“Así son tratados los travestis en las prisiones cubanas. Mariela  Castro debiera visitar las cárceles sin previo aviso, y proteger a estas  personas”, concluyó la fuente.
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